Buscar temas de interés o preferencias específicas son buenos detonantes para fomentar la lectura entre los jóvenes, consideraron catedráticos de la Escuela Libre de Derecho y la escritora, Ivana Von Retteg Nolan, ante estudiantes de esta institución, quienes conocieron el proceso creativo de la novela Johnny Blackdawn, publicado bajo el sello de Penguin Random House.
En el marco del Conversatorio: “Entre piratas, derecho y una mujer novelista”, que se realizó en la Escuela Libre de Derecho (ELD), Ivana Von Retteg Nolan expuso ante el alumnado cómo concibió su primer libro e indicó que está dirigido al público joven, ya que aborda la búsqueda de la identidad, la relación de padre e hijo, la ruptura de patrones y de las ataduras sociales, pero sobre habla de la libertad.
En el encuentro académico participaron el divulgador histórico mexicano y catedrático de la ELD, José Manuel Villalpando César; la maestra de derecho Internacional de la ELD, María Fernanda Braverman Carmona y Juan Pablo Estrada Michel, profesor y vocal de la escuela, quien fungió como moderador.
La joven escritora recomendó a los estudiantes a realizar lecturas o actividades que les permitan nutrirse como seres humanos, “se puede hacer más de una cosa al mismo tiempo, yo soy bailarina de ballet, me doy permiso de leer y de escribir, así que pueden estudiar derecho y abrir otras puertas, el mundo es suyo, sería un error reducirlo a un solo deber, ustedes como jóvenes tienen la fuerza, la juventud y las ganas de comerse el mundo”.
Tras reconocer la trascendencia histórica de los piratas como precursores de derechos humanos, José Manuel Villalpando también conminó a los universitarios a leer la novela Johnny Blackdawn e iniciar un hábito de lectura. “Este libro puede detonar en su corazón el saber qué quieren hacer en la vida, es una lectura provocadora, les puede servir a enfrentar una decisión que tal vez no se atreven a pensar. En el derecho nos acostumbramos a textos rigurosos, pero hay que nutrirse de nuevas historias”, consideró el también escritor.
En tanto, María Fernanda Braverman, reconoció la vocación y persistencia de Ivana Von Retteg para ser escritora, pero enfatizó en la constancia y el trabajo que realizó, “toda tu historia es de resiliencia, de una lucha constante para poder cumplir tu sueño. Tu sentías que no encajabas en la escuela de psicología, ni en el rol tradicional de las mujeres. Investigué a las mujeres piratas y así eran, no asumieron el rol tradicional, no querían casarse, zurcir o bordar, eran piratas porque era una alternativa para ser libres, eran mujeres disruptivas y es sorprendente que tras varios siglos las mujeres seguimos en esa lucha”.
La historia detrás de Johnny Blackdawn
En este conversatorio Ivana Von Retteg platicó cómo fue el proceso de convertirse en escritora y cómo fue construyendo su primera novela: Johnny Blackdawn, que es parte de una trilogía sobre bucaneros. “Cuando tenía 6 años descubrí mi amor por los piratas y el mar, si veía un barco o una espada me emocionaba muchísimo, empecé a tener sueños con barcos y con el mar, y una maestra me dijo que cuando tienes un sueño repetido debes contarlo o escribirlo, decidí ponerme a escribir y me enamoré del arte de contar historias, de invitar a los lectores a entrar a un mundo que no es tuyo y que todo es posible”.
Otra circunstancia que la llevó a conocer el mundo náutico fue que en los veranos viajaba a Carolina del Sur, Estados Unidos, a casa de una tía abuela, cuyo esposo era un ex capitán comodoro y tenía un barco, “cuando tenía 9 años, le pedí trabajar con él, como no sabía nada de navegación me contrató en la limpieza, yo me sentía parte de una tripulación, con los años aprendí mucho de las embarcaciones y me dí cuenta que él que hacía eso por mí”.
Al acumular distintas anécdotas marinas, a los 15 años decidió contarlas y nació el personaje John Dawner, un cadete de la Marina Real británica, que sufre porque no cumple con todas las expectativas de su padre, desde entonces se dedicó a escribir la historia, incluso en sus horarios de clases, esto la llevó a reducir el rendimiento escolar en preparatoria y a ser expulsada de la carrera de psicología.
Después de ese episodio, tuvo que decidir qué hacer y le pidió a su abuela que le permitiera estudiar letras, pero ella le respondió con un rotundo no. “Le contesté que tenía un borrador de 800 páginas y que lo leyera, si le gustaba me dejaría ser escritora, sino yo haría lo que ella quería; leyó la historia, le gustó y me apoyó para irme a la escuela de escritores. Ahí empezó mi viaje, me enseñaron a escribir y cuando me gradué, en 2017, mi novela fue rechazada por una editorial muy importante. Durante la pandemia la ofrecí a Penguin Random House, el editor me contestó en dos semanas y a la semana tres mi sueño de vida se había realizado”, compartió Ivana de forma emotiva ante los universitarios.